Como era de esperar el presidente estadounidense Barack Obama recibió su píldora anticubana en la recepción que le ofrecieron los Estefan en su residencia de Miami.
A precio de bicoca —30 400 dólares por pareja— unos 100 invitados acudieron a la cita con el Presidente, donde el matrimonio dejó bien claro desde el principio que ahí, en sus predios, se le tiraría a Cuba.
En efecto, la Gloria y su marido Emilio le pasaron la parrafada al jefe de la Casa Blanca sobre el tema de supuestas violaciones de los derechos humanos y el tema de la democracia en la nación caribeña.
Según trascendió en las noticias, Gloria le entregó cartas de la madre de Orlando Zapata, un recluso con 14 delitos comunes convertido en “disidente” político, fallecido luego de 85 días de una huelga de hambre voluntaria, y de Guillermo Fariñas, otro “disidente” en ayuno, con historial de ataques físicos a una funcionaria de Salud Pública y a un conocido.
Pero vaya lástima, desaprovecharon la ocasión para hablar un poco de historia, pues coincidió la visita del mandatario con una fecha importante para los cubanos: el 15 de abril de 1961 se iniciaba el preludio de lo que sería el la invasión por Playa Girón, donde mercenarios del gobierno de Estados Unidos tratarían de dar una estocada mortal a la naciente revolución socialista.
Por supuesto, no mencionó la Estefan que su padre estuvo en el listado de mercenarios agresores.
El dinero recaudado — unos 2,5 millones de dólares— durante su comparecencia en el Centro Adrienne Arsht de Artes Escénicas en el centro de Miami, donde habló del programa espacial, y en el cóctel de los Estefan, tienen como destino los fondos del Partido Demócrata.
Así que Obama se “untó” con la plata de la ultra derecha cubanoamericana de Miami en la búsqueda de un impulso a la campaña de cara a las elecciones de medio término previstas para noviembre.
A modo de recordatorio: los tres representantes del sur de Florida en la Cámara baja, son republicanos de origen cubano, pero el ex director de la Fundación Nacional Cubano-Americana y del Partido Demócrata local, Joe García, acaba de postularse para buscar el escaño que dejará vacante el recalcitrante Lincoln Díaz-Balart.
Días atrás, el presidente Obama, levantó su prohibición temporal de viajar a Cuba para entregar “ayuda a los grupos a favor de la democracia”, o sea, para los grupúsculos que abogan por el “cambio de régimen” por el que están apostando en Washington.
Viajes que fueron detenidos el 3 de diciembre tras el arresto in fraganti de Alan P. Gross, un subcontratista de la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID), quien trató de introducir equipos de comunicación por satélite en la Isla.
(Esa misma USAID que tiene un programa público de subversión contra Cuba que entre los años 2008 y 2010 ha movido varios millones de dólares en este “asuntito”).
Pese a que el plato fuerte de la noche fue el tema cubano, alegan reportes de prensa que “algunos grupos del exilio” critican que el presidente “no ha sido lo suficientemente duro con el régimen comunista de Cuba”.
Por cierto, finalmente ¿qué hicieron con Luis Posada Carriles, el terrorista, que apoyó a los Estefan en la Calle 8 el 25 de marzo, sin embrago ahora no apareció en el listado de invitados?