Gross y la derecha cubanoamericana

Tomado de Infolatam

Para comprender la razón por la que Alan Gross, un ciudadano estadounidense, ha estado languideciendo en una cárcel cubana durante los últimos dos años, es instructivo escuchar un intercambio reciente que sucedió en una audiencia del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Estados Unidos. El representante David Rivera, republicano por la Florida, exigió que Wendy Sherman, subsecretaria de Estado para asuntos políticos, revelara si Estados Unidos de alguna manera trató de trabajar con La Habana para lograr la liberación de Gross.

Esperaba que no lo hubiera hecho. Rivera le dijo: “Sería escandaloso que estuviéramos negociando con un régimen terrorista para liberar a un rehén estadounidense”.

En principio, esa política es correcta: Las naciones no deben ceder a las demandas de los terroristas. Pero nada de esto tiene que ver con Gross o con Cuba. Las referencias de Rivera al terrorismo y a Gross como un rehén son una manipulación. Sigue leyendo

Cuentas claras

Declaración de la Directora de América del Norte del Ministerio de Relaciones Exteriores, Josefina Vidal Ferreiro.»En interés de que se disponga de información objetiva y veraz, deseo precisar que el Sr. Bill Richardson vino a Cuba por su iniciativa y lo recibimos a su solicitud, en visita privada, como en otras ocasiones en el pasado.
La liberación del ciudadano norteamericano preso en Cuba, Alan Gross, nunca estuvo sobre la mesa durante los preparativos de su visita, lo cual se le aclaró al Sr. Richardson inmediatamente que lo planteó.
Su solicitud de ver al recluso, que no anticipó previamente, se tornó imposible, a raíz de sus declaraciones calumniosas a la prensa, en las que calificó a Alan Gross de «rehén» del gobierno cubano y de su intento de presionar, al afirmar públicamente que no se retiraría de Cuba hasta no cumplir este propósito.
Se le recordó al Sr. Richardson que Cuba es un país soberano, que no acepta chantajes, presiones, ni prepotencias.
El gobierno cubano, a pesar de no estar obligado legalmente a dar acceso a ciudadanos privados a ningún sancionado, por razones humanitarias ha facilitado encuentros con el Sr. Gross de personalidades norteamericanas que han visitado el país y que lo han solicitado de manera privada, discreta y respetuosa. 
Deseo añadir que el estado de salud del Sr. Gross es normal, de acuerdo con su edad y padecimientos crónicos. Recibe una atención médica esmerada, lo cual pudo corroborar la Sección de Intereses de los Estados Unidos durante la visita consular que le hizo el pasado 9 de septiembre y en el encuentro que se le organizó a los funcionarios consulares norteamericanos con los médicos que lo atienden, el día 1º de este mismo mes».
La Habana, 14 de septiembre de 2011

Gross: ¿Qué ha sucedido entre marzo y agosto?

(Recibí este saábado una colaboración para este blog. Me la envió alguien a quien respeto y admiro: Arnold August, escritor canadiense amigo) 

El cinco de agosto se anunció que la sentencia de quince años pronunciada el cuatro de marzo por el Tribunal Provincial deLa Habana contra Alan Gross, contratado porla Agencia para el Desarrollo Internacional de los Estados Unidos (USAID, sus siglas en inglés), fue ratificada por el Tribunal Supremo Popular. El ciudadano norteamericano apeló la sentencia del Tribunal Provincial Popular a la máxima instancia de justicia en Cuba el 22 de junio, y el resultado fue dado a conocer el cinco de agosto.

En relación con este asunto, desde el cuatro de marzo los medios de prensa internacionales, especialmente los radicados en Miami, Washington y Madrid, están concentrados en La Habana, los juicios de Gross y las apelaciones legales.

Para aquellos que puedan resultar confundidos por la decisión del Tribunal Supremo Popular, sería útil examinar brevemente qué ha ocurrido en los Estados Unidos — no en Cuba — entre el cuatro de marzo y la fecha de hoy, y así quizás arrojar algo de luz acerca de la decisión del Tribunal Supremo, confirmando la del Tribunal Popular Provincial, la instancia inmediata inferior.

Durante estos cinco meses, la administración de Obama ha continuado repitiendo en muchas ocasiones sus acciones como parte de la política de injerencia en los asuntos internos de Cuba, con el pretexto de “promover la democracia». Sigue leyendo